La ultima semana estuvo repleta de mucha carga emocional para mí. No hay lucha más intensa que la del propio ser cuando se enfrenta a la razón, al temor, a la angustia, a la incertidumbre.......
Aunque puede decirse que superé en cierto sentido esos obstáculos, quedé bastante resentido, inquieto, lacerado por todo lo que tuve que enfrentar. El sobreponerse en este tipo de situaciones no es fácil, el orgullo y la hombría colisionan con el anhelo y la desesperación convirtiendo al mas intrépido y gallardo en el mas inútil y patético.
La tempestad había cesado y todavía el Lunes continuaba en aquel trance, impaciente aún y confundido a la vez. La impotencia que produce el no ser telépata para conocer los pensamientos de los demás incita al escape, al auto exilio. Eso hice, la guagua del transporte publico, el gimnasio y las compras en el supermercado con Doña Milagros ayudaron a despejar la mente, ocuparla en algo mas. Sin embrago de camino a la casa conversaba con mi señora madre sobre las vicisitudes de la vida y los errores que cometemos en el camino.
Una pregunta, algo sofisticada, me sorprendió: -Si tuvieras la oportunidad de volver atrás en el tiempo y hacer algún cambio, que cambiarias?
Creo que antes de que terminara la pregunta ya tenia la respuesta, pero lo pensé por un momento sin embargo replique con lo que primero que llegó a mi mente: -No cambiaria absolutamente nada, haría todo tal y cual lo he hecho. La doña enmudeció casi instantáneamente seguido de un frenazo en el vehículo, inmediatamente ripostó: -si tuviera la oportunidad de cambiar las cosas, me hubiese ocupado de darme mas valor y de procurar una vida mejor.
Mi explicación es muy sencilla, hay cosas que tengo ahora que no cambiaría. A mis 24, he caminado mucho, he estado en lugares donde muchos ni imaginan estar, he compartido con gente valiosa y gente dañina también, he ganado amigos, amores y sobre todo, he adquirido tanta experiencia que en determinadas situaciones no personifico al sorprendido.
Concluyo entonces: “La vida es una escuela, se trata de 100% experiencia y 0% de arrepentimiento. Los aciertos y los errores del pasado formaron lo que somos ahora, no podemos pretender cambiar lo vivido por una mala experiencia, lo que nos debilitó en un determinado momento nos hizo mas fuertes ahora. Siempre que una puerta se cierra, se abre otra y detrás de la ultima siempre hay cosas que nos encaminan a la felicidad.”