sábado, 23 de agosto de 2008

THE DARK KNIGHT

La semana pasada tuve la oportunidad de pasar por el cine a ver la tan esperada pelicula de batman "The Dark Knight" (El caballero de la noche). Desde ese dia estoy tratando de escrbir una reseña pero es demasiada informacion para plasmarla en un post. Todos conoceran al señor ARMANDO ALMANZAR, un viejo de bigote blanco que presentaba las peliculas del canal 11 y que tiene un programa de radio sobre cine, el señor es uno de los criticos de cine mas respetados del país, pero se caracteriza por siempre decir que las peliculas son malas. Navegnado por internet encontré esta reseña que este señor escribió en su columna de el listin diario, que a mi parecer capta todo lo que envuelve a esta pelicula.
Porqué El Caballero de la Noche es diferente? Por: Armando Almanzar
El viernes antepasado, 15 de agosto, mientras hablábamos, nos deshacíamos en elogios sobre “The dark Knight” durante el segmento que hacemos en el “Matutino Alternativo”, un oyente llamó diciendo que “cómo era posible que dedicáramos tantos elogios a un simple “cómic”.
Pues bien, para contestar a ese oyente y a todos los demás que han escuchado lo bien que hemos criticado dicho film en la radio y en esta columna, empezaré diciendo algo, para que quede claro: en cualquier género cinematográfico se pueden realizar películas estupendas, no importa si es un drama, una cinta bélica, de aventuras, comedia, deportiva, tragedia, western, parodia, sátira, melodrama o lo que sea. Lo que sí sucede es que los encargados de dar premios, muy especialmente los de la Academia de Artes y Ciencias que confieren los llamados Oscar, sí tienen una marcada tendencia a preferir dramas y melodramas y, además, a esas cintas que recaudan cientos de millones: por esa tan simple razón una comedia tan formidable como “Una Eva y dos Adanes” no gana un Oscar mientras un melodrama telenovelesco mediocre como “Titanic” gana un paquetón.
En el programa “A la hora señalada”, ese mismo día, nos preguntaron a nosotros y a Arturo sobre las posibilidades que tiene el film de ser nominado a ese mismo premio, el tan cantaleteado Oscar, y nuestra respuesta, más o menos, fue la siguiente: “Para nosotros sería una barbaridad que no lo nominaran; es más, si dependiera de nosotros, podría ganar más de media docena de esos premios”.
O sea, partiendo de los ganados injustamente por el dramón del barco naufragado, entonces nos resulta natural que pueda ganar más que esa historieta mediocre, sin tener que recordarles a ustedes otros premios fachendosos como el ganado por “El mayor espectáculo del mundo”, o los muchos ganados por “La lista de Schindler”, mucho menos cine que “Munich”, esta última despreciada por los prejuiciados de la Academia porque, por supuesto, resultaba demasiado imparcial, o sea, no que se pusiera del lado de los palestinos, sino que no los colocaba como los únicos malos de la historia. “The Dark Knight” es un film al cual, por más esfuerzos que hemos hecho Arturo y nosotros, unidos a quienes llaman al programa que no son dos ni tres, no le hemos podido encontrar ni un solo fallo.
Si se examina desapasionadamente sus dos horas y 32 minutos, si se deja de pensar que es “un simple cómic” y se piensa definitiva y únicamente en función de lo que es hacer cine, se descubrirá que posee una fotografía que goza de una inmensa capacidad para ilustrar la historia a través de ángulos, planos y movimientos que son justamente los necesarios para cada situación. Así como Beethoven, con apenas cuatro notas y sus variaciones, consigue un formidable primer movimiento en su Quinta Sinfonía, lo cual es un alarde de técnica, pero también de capacidad creativa, eso es lo que obtiene Christopher Nolan, el director del film, combinando sus deseos con la destreza de su director de fotografía, Wally Pfister. Eso es saber elegir dónde colocar una cámara, cómo lograr un encuadre perfecto, cómo conseguir un verdadero equilibrio en los volúmenes en los diversos planos.
Nos imaginamos las horas que pasó Nolan junto a su Editor, Lee Smith, para realzar el dinamismo de esas tomas de Pfiser consiguiendo una intensa sensación de movimiento, de plasticidad, de ritmo apropiado para cada una de sus secuencias, algunas de ellas trepidantes, sofocantes de tanta acción apretujada, otras calmadas, meditativas, sedantes, tanto por el hecho mismo de que una historia en imágenes no puede ser todo el tiempo de puro movimiento porque la vida misma no lo es, sino porque al espectador hay que darle esas pausas precisas para que pueda luego asimilar el paroxismo de la acción delirante que vuelve y reinicia.
No conocemos la razón precisa por la cual Nolan utilizó en este film a dos excelentes creadores musicales para la musicalización de la cinta, James Newton Howard y Hans Zimmer, pero es muy posible que el motivo fuera el mismo indicado para el ritmo desigual del film: es posible que uno de ellos escribiera una partitura para las secuencias pausadas, reflexivas, y el otro para las escenas pletóricas de acción.
Por supuesto, no tenemos que argumentar demasiado sobre los efectos especiales: un film de esta naturaleza precisa, por necesidad y obligación, de su uso, y ya hemos señalado en diversas oportunidades que la fastuosidad, la grandiosidad de dichos efectos dependen solamente de la cantidad de dinero que se pueda pagar: ahora bien, Nolan no desbarra en ese sentido: su uso de tales elementos es correcto y formidable, pero no abusa de ellos, aparecen cuando es necesario sin sobreabundar, pero cuando aparecen, son realmente excelentes.
Pero lo que hasta ahora hemos escrito se refiere a la puesta en escena, a la labor de Nolan como director, como manejador de todos esos elementos que son indispensables para hacer una película, la que sea, por formidable o mala que sea, y que él, en su labor de engranar tales aspectos, ha demostrado que es excelente, porque eso es hacer cine.
LA HISTORIA: Ahora bien, todo eso pudo haber estado excelente y, sin embargo, podría el resultado final, o sea, el film terminado, no ser tan terriblemente bueno como hemos señalado. Pero es que, precisamente, es ahí donde se complementa la calidad: en lo que se cuenta. No nos es posible revelar ciertos detalles porque nos matarían quienes no hayan visto el filme aún, pero es el caso que esta no es una simple aventura de buenos y malos combatiendo, sino una historia en la cual el bien y el mal se mezclan y confunden: por eso el Fiscal Harvey Dent deviene en “dos caras”, porque en él se combinan el bien y el mal.
Por eso el Guasón es un ser que planifica no simples crímenes, sino la manera más eficaz de convertir a los buenos en villanos. Por eso lo que sucede con Rachel y el Fiscal cuando deben ser salvados, y Rachel se decide por quien se decide en asuntos de amor, y Lucius Fox abandona su trabajo para Bruce Wayne y Alfred tiene que hacer lo que hace para no acabar de deprimir a su amo y señor, por eso el mismo personaje central es un ser que resulta ostentoso, vanidoso y deslumbrador cuando es Bruce Wayne y un ser sigiloso, sibilante y oscuro en su interior cuando es el encapuchado, por eso ese Batman desprecia su deber por intereses personales que no podemos revelar ahora, por eso el final, esa increíble vuelta de la tuerca en la que un villano deviene en héroe porque, como siempre ha sido, la sociedad necesita héroes que puedan ser reverenciados. Es una maravilla cinematográfica.

3 comentarios:

Alan dijo...

diablo casi me vacie como un tanke'ga' leyendo la reseña de armando almanzar...

joha dijo...

Pense que habia extrano en todos lugares en la misma fecha. Esta movie is the shit por lo mismo que cuentas mucho dialago quizas para muchas personas no fue buena pq no habia tantas peleas entre villanos y el heroe pero fue por lo que mencionas en este post es una vision diferente a todo lo que tiene que ver con lo que uno siempre espera de este tipo de movies Dark Night estaba o esta como ehh!!

F4rrel dijo...

lo fuerte es que Nolan previsualizó y supervisó cada escena el solito, como hizo con Batman Begins. El pana tiene una memoria fotográfica...

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